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Marisa recoge la sangre de Tomás en el Pabellón Rafael Florido con los colores de la UDA. / D. Roth
Que los almerienses brillan por su solidaridad no es ningún secreto. En la mañana de ayer esto se plasmó, nunca mejor dicho, en la Maratón de donación de sangre en el Pabellón Rafael Florido, que reunió a centenares de almerienses con el importante fin de llenar los bancos de sangre para los que más lo necesitan. Una labor vital, para la que la colaboración, tanto ciudadana como médica, es imperante, pues una de cada dos personas va a necesitar en su vida sangre durante una intervención.
Una necesidad que se suele atribuir erróneamente a urgencias como accidentes de tráfico, aunque, según cuenta Marisa, una de las enfermeras que se encuentra en el pabellón realizando esta labor, «casi entre el 80 y 90 por ciento se requieren para procesos tumorales».
Además, hablamos de un bien «que no se puede comprar en la farmacia», sino que solo «se obtiene con la solidaridad de la gente, no podemos fabricarla». Del mismo modo, Marisa, al estar segura de que el Almería va a subir a Primera División, «para garantizar que todos los aficionados puedan ir a los partidos del año que viene, nos podemos asegurar teniendo mucha sangre para cualquier proceso», Dios no lo quiera, que se necesite y que tanto ellos como sus familiares, «se aseguren que puedan asistir a los encuentros».
A los jugadores del conjunto rojiblanco, como al resto de la población, les pide «que sean solidarios, pues mañana mismo pueden ser ellos los que lo necesiten o una persona allegada y pueden salvar hasta tres vidas con una bolsa de sangre». El objetivo de esta jornada maratoniana, que se realiza solo en Almería y para la que han asistido enfermeros de toda Andalucía para colaborar, es el de obtener unas buenas reservas. Porque la sangre no es infinita, y «hay noches en las que se va al laboratorio y un paciente necesita 27 bolsas, por lo que las arcas se vacían fácilmente».
Tomás se encuentra donando parte de su sangre «porque hay que tener sentido de la solidaridad» y «creo que esto es gratis y no nos cuesta nada colaborar con el resto de la ciudad». Esto también es un favor a nivel personal, «porque mañana me puede hacer falta hasta mí misma sangre que estoy donando hoy», por lo que «debemos a hacer este tipo de cosas y colaborar con el resto de la comunidad y sociedad».
Hablando precisamente de comunidad, nada recuerda o aúna a más personas que la Unión Deportiva Almería, que en su propio nombre porta ese sentimiento de identidad unitaria. «Es otra cosa que nos une a todos, igual que nos lleva al campo, nos hace compartir otras aficiones, reúne a la familia y a los amigos para ver los partidos y todo eso está hecho con la misma sangre», determina el donante. Y es que, para Tomás, «si hay algo que tenemos en común los aficionados es la sangre que estamos donando».
Una sangre que además porta el color rojo del equipo, como bien indica el himno, pues 'mi sangre se bautiza en tu color', aunque Tomás bromea que el pensaba «que la tenía azul, pero me acabo de dar cuenta tras ver la bolsa que es roja», algo que e debe de ser una señal, siendo la parte blanca «la piel que tengo, así que todos a una por subir a Primera» apoyaba.
Una jornada más que solidaria que culminaría de forma excelente este sábado en caso de darse el rocambolesco conjunto de resultados para que el ascenso a Primera División del Almería se de finalmente tras tres años al borde de conseguirlo.